¿Es el universitario una oveja, que hay que unir a un buen rebaño para que alcance una buena posición económica? ¿Eso es todo, o casi todo? Deresiewicz denuncia carencias, interpela, incomoda. Porque está en juego la propia construcción interior de la persona.
Enseñar no es un problema de ingeniería. No se trata de transferir una cierta cantidad de información de un cerebro a otro. “Educar” significa “conducir”. El trabajo de un profesor es conducir los poderes que permanecen latentes en el interior de los estudiantes. Un profesor despierta; un profesor inspira (…). No está allí para “responder preguntas”, o al menos esa no es la parte más importante de su trabajo; está allí para hacerlas.