Contemplo a Armando. Es cierto que está mucho mejor dotado que Mikel en todos los sentidos, así que mientras mi novio se divierte con Carolina, intento aprovecharme de él todo lo posible.
Comenzamos a besarnos. Mete sus manos bajo mis bragas y empieza a masturbarme lentamente. Bajo las mías y desabrocho su pantalón para poder tocar su erección. Mmm…, cómo me gusta. Saboreo sus carnosos labios y aprovecho para darle pequeños mordiscos. En ese instante, noto que Mikel besa mis hombros, mi espalda y acaricia mi piel. Al mirar hacia el suelo, veo a Carolina hincada de rodillas chupándosela sin descanso. Armando también se postra de rodillas ante mí, y su ataque brutal contra mi sexo no se hace de rogar en cuanto Mikel pellizca mis pezones y se apodera de mi boca.