tú sabes, Ana, que yo siempre afirmo que las mujeres debemos ayudarnos entre nosotras. Ya tenemos suficiente con soportar a los hombres,
Zalveцитирует22 дня назад
Le salvé la vida y, cuando se salva la vida de alguien, es obligado quererlo. Es casi como dar vida.
Zalveцитирует22 дня назад
—Tuve un perro una vez. Lo quería tanto que cuando murió no podía soportar la idea de traer a otro en su lugar. Era un amigo, ¿me entiende, señora Blythe?
Zalveцитирует22 дня назад
Nunca me oirá hablar mal de una mujer por su forma de vestir
Zalveцитирует24 дня назад
—¿Es ése el único de tus sueños que se ha hecho realidad? —preguntó Ana, que sabía perfectamente bien cuál sería su respuesta pero quería volver a oírla.
—Tú, mi pequeña —dijo Gilbert, sonriéndole a los ojos.
Zalveцитирует24 дня назад
Hubo otro silencio, mientras el capitán Jim mantenía una cita fugaz con fantasmas que Ana y Gilbert no podían ver, aquellos que habían estado sentados con él alrededor de ese hogar en años pasados,
Zalveцитирует24 дня назад
Un gran amor y un gran dolor pueden alcanzar quién sabe qué maravillas
Zalveцитируетв прошлом месяце
«Una ventana mágica que se abre hacia la espuma de peligrosos mares en lejanos países de hadas» —recitó Ana en voz baja
Zalveцитируетв прошлом месяце
Más allá de las dunas, el mar, calmo y austero, soñaba en medio del crepúsculo. El pequeño pueblo de pescadores, acurrucado en la caleta donde las dunas se encontraban con la costa del puerto, parecía un gran ópalo en la bruma
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Ana se volvió al final del camino para decir adiós con la mano por última vez. Se había ido, Tejas Verdes ya no era su hogar; el rostro de Marilla se veía muy gris y viejo cuando se volvió hacia la casa que Ana había llenado durante catorce años, e incluso durante sus ausencias, de luz y vida.