En el bosque, bajo los cerezos en flor

popular serie de anime Un-Go

tendréis que aceptar la realidad y sobreponeros a vuestro dolor. Vuestros lamentos no solo laceran mi cuerpo, sino que traen la oscuridad a este mundo.

Después de un tiempo, sintió algo cálido. Comprendió que se trataba de la tristeza que anidaba en su pecho. El leve calor se expandía poco a poco, como si estuviera envuelto en el frío vacío de las flores.

Quiso quitar los pétalos que cubrían el rostro de la mujer. Pero, justo cuando se disponía a rozar su cara, algo extraño sucedió. Bajo su mano no había nada más que pétalos amontonados en el suelo. La mujer se había desvanecido dejando solamente pétalos. Mientras intentaba apartarlos, se dio cuenta de que su propia mano desaparecía también, y luego su brazo y después, su cuerpo entero. Solo quedaron los pétalos y el frío vacío infinito.

Nadie sabe cuál es el secreto de las flores de cerezo de Suzuka. Quizá sea eso que algunos llaman «soledad». El hombre ya no tenía motivos para temerla. Él mismo era la soledad.

«¿Será ella o seré yo mismo el pájaro que vuela en la infinita línea recta del cielo?

Estoy aburrido porque esto no tiene fin.

—¡Qué divertido! Nada tiene un final. ¿Ahora te has dado cuenta? Todos, todos los días de tu vida, comes. Eso no tiene fin. Y todos, todos los días duermes y eso tampoco tiene fin.

. Le pareció que comenzaba a comprender a la hermosa mujer. Sucedió cuando vio a un sacerdote en un campanario tocando la campana con todas sus fuerzas. Era tan absurdo. Uno nunca podía comprender los actos de las personas. Pensó que si tuviera que convivir viendo sus caras para siempre, hasta él mismo desearía cortarles la cabeza.

El aburrimiento le atormentaba más que ninguna otra cosa. «Los seres humanos somos aburridos», pensaba una y otra vez. No soportaba a la gente. Cuando un perro grande camina, los perros pequeños ladran a su paso. El hombre era como el perro grande. Odiaba sentirse frustrado, el rencor, estar deprimido, odiaba pensar. Los animales, los árboles, los arroyos, los pájaros de la montaña jamás le habían hecho sentir así.

Los que se atreven a adentrarse en el bosque, poco a poco van perdiendo la razón. Miren donde miren están rodeados de flores: frente a ellos, a su espalda, a la derecha y a la izquierda, millones de flores se ciernen sobre ellos. Y entonces, antes de llegar al centro del bosque, se asustan y no pueden soportar la soledad.

Sin gente, un bosque de cerezos en flor es sencillamente aterrador.