Vuelve Leavitt con una sátira política, libre de maniqueísmos y cargada de humor, sobre la América contemporánea.
«¿Estaríais dispuestos a preguntarle a Siri cómo asesinar a Trump?», pregunta Eva Lindquist a un grupo de amigos en su segunda residencia de Connecticut. Todos pertenecen a la sofisticada esfera cultural neoyorquina, y se reúnen el sábado después de las elecciones presidenciales de 2016 para abordar lo que consideran la mayor catástrofe política de sus vidas. Entre los invitados, liberales y afines, se encuentran un decorador de
interiores, una pareja de editores, un coreógrafo y una escritora empeñados en restaurar la burbuja en la que se habían acostumbrado a vivir.
Pero solo Eva, anfitriona generosa y obsesionada por la decoración, se propone llevar el afán de asegurarse un refugio hasta sus últimas consecuencias. Su marido Bruce trabaja como asesor de gestión de patrimonios, y ella consigue convencerlo para comprar un apartamento (ruinoso o «con posibilidades», según quién lo mire) en Venecia. Su objetivo es dedicarse a reformar la nueva casa y pasar allí, a salvo, la legislatura de Trump. Pero embarcarse en esta aventura inesperada tendrá consecuencias, acaso irreparables, en el matrimonio.
Con el humor y la sagacidad que le son propios, David Leavitt firma una espléndida novela coral sobre la casa y el hogar, la seguridad y la libertad, y las formas inusitadas en las que la agitación política puede socavar hasta los cimientos más aparentemente inquebrantables. Treinta años después de que se tradujera al español su primera novela, a la que siguieron otras once obras de singular relevancia —todas ellas en Anagrama—, A resguardo confirma a Leavitt como una de las grandes figuras de la literatura norteamericana contemporánea.