En el momento en el que usted meditará acerca de esto, advertirá que el bigotudo levanta la vista: un movimiento fugaz, apenas perceptible. Pero usted, que no estará haciendo más que examinarlo, lo captará enseguida: es a Matilde a quien esos ojos han apuntado. Usted será el único en notar aquello: el bigotudo, aunque finja interesarse en los sucesos del día, en realidad está acá por otra cosa.
Aaaaaayy mí intuición me dice que no es nada bueno