que este es el punto: si usted es un creyente genuino, recibirá todos los beneficios de la gracia inconmensurable de Dios, al igual que todos los demás en el reino de Dios. Su lugar en el cielo no es un tiempo compartido donde el acceso se determina por cuánto tiempo pasó haciendo la obra del Señor. Las bendiciones de la redención no se reparten en cuotas sobre la base de los logros personales. El perdón no se mide por el peso de nuestras buenas acciones en contra de nuestros pecados, ni es parcialmente retenido si hemos pecado demasiado tiempo o demasiado mal. Todo el que entra en el reino recibe la abundancia plena dela gracia, la misericordia y el perdón de Dios. Esto es verdad, no importa el tiempo que haya trabajado en el reino de Dios. Esto es verdad, sin importar lo difícil o lo fácil que sean sus circunstancias. Es cierto si su servicio fue mínimo o máximo; si muere como un mártir en la flor de la vida o lleva una vida bastante tranquila y muere de viejo. Es verdad si viene a Cristo en la adolescencia o si se arrepiente verdaderamente de sus pecados al final de una vida libertina. Cuando esta vida terrenal termina, si usted es un creyente, va a estar con Cristo, al igual que el ladrón en la cruz (Lucas 23.43); al igual que el apóstol Pablo (2 Corintios 5.8); y al igual que cualquier otro santo que ha muerto desde entonces