Laia

redondeada, cabello por encima de los hombros color rubio ceniza, unos ojos azules demasiado grandes y unos labios normalitos...

guapa. Tenía el pelo largo y pelirrojo, que siempre recogía en una cola alta o en dos coletas en ambos lados. Se ponía el flequillo de lado con divertidas pincitas de colores. La cara pecosa, la piel blanca y los ojos verdes, combinaban perfectamente con su figura alta y delgada.

Así era Becky. A los cinco minutos de haber entrado por primera vez en un sitio, ya conocía a todo el mundo. Ella

Era un chico de unos veintipocos años, alto y delgado.
Iba vestido con un jersey azul descolgado y unos tejanos gastados. Llevaba una bolsa de color verde militar de donde colgaban unos auriculares. El pelo, corto, negro y perfectamente despeinado, dejaba ver unas facciones ovaladas, donde unos grandes ojos de color almendra brillaban bajo las luces del fluorescente de la recepción. Tenía unos labios perfectos.