Corren tiempos de un implacable avance de nuevos fascismos y el odio, entendido no como una pasión homogénea, sino como un condensador de afectos diversos, cumple una función clave en su desarrollo cotidiano, en su injerencia en diferentes ámbitos de la vida social. El odio lleva al límite los pactos discursivos, las formas de relación social, los protocolos de la vida civil y las reglas de lo democrático.
Gabriel Giorgi y Ana Kiffer analizan y observan sagazmente no solo la naturaleza compleja e inestable del odio, sino sobre todo su capacidad de transformación, de convertirse en algo diferente. El odio contemporáneo es fundamentalmente un odio escrito: se publica, se postea, se viraliza, se hace cadena. Así, Giorgi y Kiffer recorren tres instalaciones artísticas, una argentina y dos brasileñas, que exhiben escrituras del odio y, al hacerlo, las piensan y las disputan: “Diarios del odio”, de Roberto Jacoby y Sid Krochmalny, «Odiolândia”, de Giselle Beiguelman y “Menos um”, de Verónica Stigger.
Las vueltas del odio indaga en las urgencias y las insurgencias de nuestro presente para permitirnos hablar de aquello que preferiríamos que no estuviera entre nosotros, pero lo está.