La timidez

situaciones sociales, se ahogaran en ese «ser para los demás»

timidez es una forma específica de ansiedad social

las investigaciones existentes59 permiten inferir que las personas mayores que son tímidas están mucho más expuestas que los demás a sufrir problemas de salud y a abusar de la medicación, en parte debido al aislamiento social al que las ha empujado su trastorno.

Es interesante observar que estos prejuicios culturales existen tanto en los hombres como en las mujeres, ya que ambos géneros creen que la timidez es más problemática para un hombre que para una mujer.

Es interesante observar que estos prejuicios culturales existen tanto en los hombres como en las mujeres, ya que ambos géneros creen que la timidez es más problemática para un hombre que para una mujer.

Con mucha más incidencia que en otras manifestaciones de ansiedad, detrás de muchos relatos de ansiedad social o miedo escénico hay un acontecimiento traumático en algún momento de la vida de la persona.

Con mucha más incidencia que en otras manifestaciones de ansiedad, detrás de muchos relatos de ansiedad social o miedo escénico hay un acontecimiento traumático en algún momento de la vida de la persona.

Como hemos visto, la ansiedad social puede ir más allá de un «miedo a los demás» y alcanzar a veces el nivel de un «miedo a sí mismo», que eclipsa el miedo anterior:

Las personas con ansiedad social suelen fijarse metas que ni siquiera llegan a proponerse las que carecen de ansiedad social, como, por ejemplo, juzgar que una presentación ante un público habrá salido bien si ha sido de interés para todos y cada uno de los asistentes, si ninguno de ellos ha bostezado o hablado durante la exposición…

Del mismo modo, si cualquier acción o comentario es objeto de preocupación («¿lo he dicho o hecho bien?»), su mera ausencia puede hacer dudar a la persona tímida, como ilustra esta cruel frase del Diario de Jules Renard, experto en la materia: «Aunque no habla, se sabe que piensa tonterías».