Hoy en día se cuentan millones de madres en el hogar, es decir, millones de mujeres «inactivas». Para muchas de ellas, que han encontrado demasiado acrobático acumular actividad profe-sional y vida familiar, se trata de una verdadera opción, de acuerdo con su cónyuge: dedicar más tiempo a la educación de sus hijos. Lejos de limitarse a una función de simples amas de casa, estas mujeres toman a su cargo numerosas actividades asociativas, paraescolares, sin las que algunas instituciones no funcionarían. Pese a ello, son víctimas de prejuicios. La sociedad a menudo les reprocha que son incorrectas: – Desde el punto de vista ideológico, puesto que no están liberadas. – Desde el punto de vista económico, porque con un solo sueldo una familia consume menos. – Desde el punto de vista psicológico, puesto que están demasiado centradas en su hijo…