Falsa Identidad

Creo que soy huérfana. Sé que mi madre ha muerto. Pero nunca la vi, no era nadie para mí.

Tengo los oídos obstruidos, como con agua o cera. Es el silencio que mi tío cultiva en la casa, como otros cultivan viñas y enredaderas.

La cruzarás a su debido tiempo, pero cuando yo lo diga, y cuando estés preparada. ¿Me comprendes, verdad?

-Qué buena chica es -dijo.
-Demasiado para ti, diría yo

El no hablaba francamente, sino que se servía sobre todo de miradas y sonrisas, como he dicho

Uno juraría, al verle, que la amaba.
Uno juraría, al verle a ella, que le amaba

Yo lo veía todo, porque caminaba tras ellos.

él le ofrecía el brazo y ella, tras fingir un titubeo, lo tomaba; creo que lo hacía con más soltura, a fuerza de haberlo llevado enlazado con el mío.

Pensábamos en secretos. Auténticos secretos, e insidiosos. Tantos que eran incontables. Cuando ahora trato de dilucidar quién sabía qué y quién no sabía nada, quién lo sabía todo y quién era un farsante, tengo que parar y desistir, porque la cabeza me da vueltas.

-Pues la libertad que yo tengo