Junto con el celebérrimo «Discurso del método», las «Meditaciones metafísicas» (1641) son la obra más importante de René Descartes. En un tiempo de escepticismo y certezas muertas originado al socaire del conflicto religioso de la Reforma y la Contrarreforma, el filósofo francés acometió la titánica tarea de recuperar las seguridades filosóficas perdidas, a saber, la posibilidad de demostrar racionalmente la existencia de Dios, del alma y del mundo. Para una tal empresa, decidió cortar los lazos con el mundo y emprender el proyecto objeto de esta obra, una auténtica exploración intelectual en búsqueda de la verdad.