Lornoke: «Encerradme si queréis, pero recordad mis palabras. Algún día me liberaré de esta prisión, y cuando lo haga tened por seguro que prepararé mi venganza».
Tras esas palabras el arcángel Lornoke fue encerrado en una prisión de cristal para toda la eternidad tras haber fracasado en su intento de concienciar a sus semejantes para guiar a los mortales por un camino mejor, pero pronto fue liberado por ángeles leales a él, que le servirían para llevar a cabo su venganza, creando así la nación conocida como Tenebrae, pero una vez que complete la construcción de su propio castillo, Celestia será el menor de sus problemas cuando los reinos de Altair y Miklan tomen las armas con intenciones hostiles hacia los habitantes de Tenebrae.