—¿Qué es lo que hay tan terriblemente erróneo y desprovisto de valor en nuestro método de razonamiento, joven? —preguntó el doctor Hammerfield, y su entonación traicionaba ya un timbre desapacible.
Vosotros sois metafísicos. Por la metafísica podéis probar cualquier cosa, y una vez hecho eso, cualquier otro metafísico puede probar, con satisfacción de su parte, que estabais en un error. Sois anarquistas en el dominio del pensamiento. Y tenéis la vesánica pasión de las construcciones cósmicas