Cuenta la historia que, en el año 1212, millares de niños cristianos, siguiendo el llamamiento de un muchacho, organizaron una Cruzada y se encaminaron a Tierra Santa para librar Jerusalén del poder de los sarracenos. Por un azar imprevisto, Rudolf Heftling, un muchacho del siglo XX, atraviesa un túnel del tiempo y se ve forzado a unirse a la Cruzada infantil. Rudolf contempla con ojos atónitos el mundo medieval y observa asombrado las virtudes y los defectos del espíritu caballeresco. Comparte las aventuras y las penalidades de los jóvenes cruzados y, con sus conocimientos de hombre del siglo XX, los ayuda a sortear mil peligros, a resolver difíciles problemas y a no caer en las asechanzas de quienes quieren abusar de su buena fe.