La compasión incluye la conciencia de que aquello que le ocurre a otro me puede ocurrir a mí algún día. Sigue diciendo Aristóteles que quien siente compasión no es soberbio, pues el soberbio se cree absolutamente a salvo de cualquier mal, lo que le hace indiferente a los males ajenos. Más bien siente compasión el que se ha visto cerca del mal, lo ha sufrido en su propia carne o ha podido escapar de él. Sienten compasión, por tanto, los sensatos