Esta fascinante novela combina los acontecimientos históricos que marcaron el destino de esta nación con las pequeñas miserias y los destinos trágicos de sus gentes. Se inicia con la construcción de la hermosa Casa Espíritu en los albores de la Independencia Mexicana (1810), y sus piedras nos hablan de los primeros habitantes: un cura revolucionario, sus amigos artistas e intelectuales, y su valiente hija. Un siglo más tarde, se construirá idéntica, y pared con pared, Casa Santo. En ellas habitan, irremediablemente enfrentados, un general del gobierno de Porfirio Díaz y unos vecinos más inclinados a los nuevos aires de la Revolución de 1910. Finalmente, en la época actual, vivirán en las casas vecinas familias representativas de la polaridad social e ideológica del país: el grotesco nuevo rico, hecho gracias a la corrupción y los negocios turbios, y la familia de antiguo linaje que ya no podrá seguir el paso de los nuevos tiempos;