descubro que no tienen el mismo resultado en mí.
Como si pudiera leer mi mente, Ethan me da un golpe con la cadera.
—Basta. Te ves bien.
Bien, pienso. Bien como puede verse alguien que ama los bollos de queso. Como una mujer cuyos pechos casi se escapan de su vestido de dama de honor. Como una mujer que merece tu desprecio por no ser perfecta.
—Puedo escucharte analizar esa pequeña palabra y darle más importancia de la que tiene. Te ves genial. —Una vez dentro del elevador, presiona el botón para ir al lobby y agrega—. Siempre te ves genial.