Primera de las “Novelas ejemplares”, la que abre el volumen de 1613, para empezar reflejando esa inquietud de “mostrar con propiedad un desatino”. Desatino social, en este caso, porque en la España de entonces era impensable la relación amorosa entre un caballero cortesano y una muchacha gitana. Aunque igual de impensable era encontrar una gitana virtuosa de comportamiento ejemplar. Para muchos, Preciosa, es el mejor personaje femenino que ha creado la pluma de Cervantes. Para todos, la mujer que más actúa e interviene de todas sus obras. “La gitanilla” es, además, la única novela ambientada en Madrid, donde el ambiente pastoril, con un importante corpus poético de raíz popular y culta garantiza la igualdad de los protagonistas. Cervantes recurre de nuevo a la tradición literaria para romper los cánones establecidos, aquí el de la herencia de sangre, y defender así la libertad del individuo.