Alicia, una mujer española de mediana edad con el rostro surcado de leves cicatrices, se inscribe bajo un nombre falso en un hostal de un pequeño pueblo irlandés. El hostal está regentado por Ray, un hombre mayor que ella y, sin duda, muy atractivo. En principio, nada parece relacionarlos. Tampoco parece previsible que esa mujer tímida y de aspecto vencido tenga un arma guardada. Sin embargo, en la mente de Alicia zigzaguean insistentemente términos como maldad, venganza, crimen.