A partir de una consigna médica del siglo XIX — «La salud es el silencio de los órganos»—, Andrea Kottow entrelaza las lecturas que la han conmovido y estimulado en los últimos años, con una escritura que posee altos grados de intuición, placer y libertad. El resultado es este conjunto de cinco ensayos, sobre la enfermedad, el secreto, el deseo, el psicoanálisis y el duelo, en un libro que deja la impresión de que la autora recurre a una forma de trabajo anterior al de la academia o el periodismo, estrechando así el vínculo —la empatía— con el lector y apostando por un estilo sinuoso, que privilegia la duda antes que las certezas.
El cuerpo, y lo difusas que se vuelven sus fronteras cuando hablamos de la mente, el lenguaje, lo patológico y la degradación, podría constituirse en el eje de este libro que se pasea por autores insoslayables (desde Aristóteles y Sófocles hasta Freud y Foucault, pasando por Cervantes, Shakespeare y Kafka), pero también por narradores y pensadores contemporáneos ampliamente reconocidos, como Emmanuel Carrère, Siri Hustvedt, Juan José Saer, Diamela Eltit, Carlo Ginzburg y Jean-Luc Nancy, entre otros.
Los textos de Fronteras de lo real apuntan al cuestionamiento de un sistema social que durante siglos ha intentado imponer una separación nítida entre lo aceptable y lo rechazado, lo incluido y lo excluido, lo cuerdo y lo loco, lo sano y lo enfermo. Son ensayos que se resisten a la captura de los cuerpos y cuestionan el triunfo de un discurso que, en última instancia, pretende controlar la aventura de vivir.