Luis Rodríguez intenta escribir una novela basada en hechos reales, la historia de un brigada de la guardia civil que persigue obsesivamente a dos maquis emboscados en el monte, pero las infinitas posibilidades de la literatura -las mismas por las que escribe— lo bloquean y paralizan.
Años después de su suicidio, las voces y reflexiones de Pablo (novelista con el que Luis compartía sus dificultades con la escritura y que termina convirtiendo en realidad la ficción que a su amigo le resultaba esquiva), Jacinta (una niña de doce años que lee la obra de Luis como si fuera una adulta y sospecha que es uno de sus personajes literarios) y Claudio (un peculiar empleado de banca que vive totalmente ajeno a la literatura y que, precisamente por eso, es quien mejor la afirma) van trazando lo que parece una extraña biografía de Luis Rodríguez.
8.38, la hora en la que murió Dostoievski y en la que está detenido el reloj de su casa de San Petersburgo, es ante todo un hermoso y desconcertante homenaje a la literatura.