Cuando en un país ocurren al año mil homicidios, se entiende el fenómeno de una manera. Cuando son 19.000 los fallecidos, se debe explicar de otro forma. En unos casos, se trata de ofrecer interpretaciones individuales; en otros, de un fenómeno colectivo. En los primeros se busca la explicación con la policía en el contexto individual; en los segundos, con la ciencia en el contexto de la sociedad.
Este libro se atreve a plantear una tesis distinta a la que ha dominado las interpretaciones de la violencia en Venezuela y en América Latina. No es la pobreza lo que ocasiona los homicidios, es la falencia institucional. No es el desempleo, es la impunidad. No es la desigualdad, es el elogio de la violencia por los líderes. No es el capitalismo, es el quiebre de las normas que regulan el pacto social.
En este libro se sostiene que es posible disminuir la violencia si hay una política pública adecuada que permita fortalecer a la sociedad y la voluntad política capaz de llevarla a cabo.
Resultado de un esfuerzo colectivo de las universidades venezolanas, este texto surge de grupos académicos que ya cumplen diecisiete años de investigación científica permanente, y que hoy integran el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).