Nos gusta recordar que el niño es un yogui por naturaleza. Llega al mundo con un equipaje lleno de talentos y dones particulares: movimiento ágil y elegante, buena postura, presencia, curiosidad infinita, creatividad desbordante, confianza natural, actitud abierta, buena respiración, atención sin esfuerzo, placer y gran capacidad para aprender y descubrir cosas nuevas,