Como autoproclamado guardián del Castillo de Otramano, Edgar el cuervo muestra una cierta dosis de alarma cuando observa como una cola bastante desagradable se esconde entre los ruibarbos del huerto, y después las mozas de la cocina empiezan a desaparecer misteriosamente. Por no decir nada de la inundación que amenaza al castillo. Nunca se puede uno confiar cerca de la familia Otramano. Lord Pantalín, Mentolina, Silvestre y su mascota Colegui, y la hermana mayor, la hermosa y gótica Solsticio, a la que Edgar adora, tienen la facultad de meterse en los líos más horripilantes. Suerte que cuentan con Edgar…