XLIX
Mundo. Si a mis ojos no se les hubiera agotado el llanto, ellos se derramarían para conmoverte hasta formar una vertiente donde tú pudieras apagar tu sed inextinguible de crueldad.
Mundo, si pudiera hacerte comprender toda mi amargura, no vacilaría en partirme el corazón y tirarlo a tus pies.
Pero ya sé que la Piedad es una frase, como sé también que el Dolor es para ti una mentira.