El camino a la felicidad nos muestra que ésta no se encuentra en un punto en la distancia, sino en el camino mismo; se halla caminando y viviendo cada día de nuestra vida sabiendo que hemos dado nuestro mejor esfuerzo.
La felicidad no es sólo el producto de los triunfos, ni viene automáticamente con el logro del éxito financiero. Tanto los triunfos como las caídas son importantes para alcanzar el éxito.
Es fácil mantener una actitud positiva cuando todo sale tal como lo hemos planeado; lo verdaderamente significativo es mantener ese mismo optimismo cuando las cosas no salen como las habíamos proyectado. Esto es lo que determina el nivel de éxito que cualquier persona experimente en su vida personal, familiar o empresarial.