Tres chicos entran en una droguería. Uno pide «cuatro peniques de regaliz». El vendedor mueve una larga escalera, sube hasta el último peldaño, llena la bolsa y baja. Cuando el chiquillo ha pagado, dice el segundo: «Yo también quiero cuatro peniques de regaliz». El vendedor pone mala cara y, antes de volver a subir a la escalera, pregunta al tercero: «¿Tú también quieres cuatro peniques de regaliz?». «Yo no», dice. El vendedor vuelve a subir a la escalera y baja con la bolsa llena. Entonces se vuelve al tercero y le pregunta: «¿Y tú qué quieres, chaval?». Y este contesta: «Yo quiero cinco peniques de regaliz».