El ojo de Goliat

—Ares, el dios griego de la guerra, tenía dos hijos gemelos con los que iba a la batalla: Deimos y Fobos, el «Terror» y el «Pánico».

Las nubes están tan bajas que las olas parecen lamerlas.

Wir fahren zur Hölle

Estos desterrados son tipos duros, tallados por los filos de la nostalgia y los agrestes machetazos de la jungla.

¿Desde cuándo la instrucción ha sido una barrera moral contra los embates de una monstruosidad desbordada?

—Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para matar y un tiempo para sanar, un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz…

El problema es el siguiente: nunca sabemos con certeza a quién estamos aplicando dicho método. La hipnosis es un arma de doble filo, una irresponsabilidad que puede llegar a tener consecuencias inesperadas e indeseables.

Era de ese tipo de persona que en todo momento invocaba y exigía el respeto de unas reglas que debían aplicarse a rajatablas, pero siempre a los otros; esas mismas reglas, desde luego, nunca lo alcanzaban a él, que se consideraba superior a cualquiera de sus semejantes.

Esas personas ignoraban quizá que los hombres que un día se van a la guerra no regresan jamás. Los que vuelven son siempre otros: los dobles de los que una vez se fueron. Habían escapado a la muerte, pero retornaban arrastrando a un gemelo atrofiado, monstruoso, con quien estarían obligados a convivir el resto de sus días.

luego de la ruptura había pensado incluso en el suicidio, y que consideraba su relación con él como una larga y penosa enfermedad de la que, felizmente, ya se había recuperado.