Triste.
Aterrada.
Insegura.
Preocupada.
Esperanzada.
Cada una de esas emociones me aborda en el momento en que llego a mi casa, donde todo comenzó. Las terroríficas imágenes, que quedaron escondidas en mi interior cuando fui a vivir con mis hermanos, resurgen con fuerza; una avalancha de dolor las acompaña.
Los recuerdos nunca se fueron, tan solo quedaron enterrados y ahora regresan para atormentarme. La mayoría de las veces intento olvidar cuán destrozada me dejaron, pero cada cosa que mis ojos recorren hace que mi mente viaje una y otra vez a aquel lugar, a aquella época donde todo se derrumbó.
Sangrienta, magullada y horriblemente destruida.
Tan… indefensa.
Ellos me lo hicieron.
Pero aquello no es todo. El dolor en mi pecho se hace aún más grande ante el hecho de haber dejado a Damon Woodgate, y cada día que pasa sin saber de él siento como si la culpa me carcomiera.
No quería dejarlo a fuera, prohibirle venir conmigo.
Pero hice lo correcto.
Lo único que espero es que mi carta lo haga perdonarme o que incluso entienda mis motivos para volver a este lugar.
Mi padre me necesita.
Ya perdí a mi madre.
No quiero perder a Damon también.