Me fascina que la prosa de Irene Vallejo sabe cómo cautivar a un lector. Hermoso y conciso ensayo-manifiesto por la lectura y por nosotros, los lectores.
Un bello y honesto, emotivo manifiesto para quienes resguardamos y nos resguardan los libros y sus lecturas.
Una píldora del “Infinito…”, pero no por ello menos profunda.
Me hizo recordar cuánto amo los libros, cuánto amamos los libros y cuánto les debemos.
Son nuestra historia y lo que somos.
Gracias Irene.