El día del perro

Vivir en función de ese núcleo es muy sencillo, en el sentido de que excluye de entrada cualquier tipo de culpabilidad, pero la mayoría de gente tarda una vida entera en conseguirlo, si lo consigue.

Entonces me senté a su lado y le supliqué que pensara en ese núcleo de energía que llevaba dentro, un núcleo indestructible en el que ambos creíamos más que en Dios o en el Diablo.

Entonces me senté a su lado y le supliqué que pensara en ese núcleo de energía que llevaba dentro, un núcleo indestructible en el que ambos creíamos más que en Dios o en el Diablo.

Como todo el mundo, resistiré cada día a la idea de la muerte

A los ataúdes-automóviles oponía yo el sutil deslizamiento de la bicicleta, el movimiento engrasado de los músculos, y un límpido espacio mental pulido por la fidelidad a una línea única

apestar el aire, reducir a la nada la comunicación entre los hombres, encerrados en sus jaulas sobre ruedas, en las que se adivina, mejor que en ningún otro objeto fabricado por la tecnología moderna, un ataúd

Tenía esa edad en que las ilusiones empiezan a caerse con los primeros cabellos

Antes, poner en orden mis pensamientos era una tarea imposible si no estaba montado en la bicicleta.

Encontré esa solución, esas carreras solitarias en bicicleta por la autopista, como un remedio a mi confusión mental

Pedalear por la autopista varias horas al día, utilizando toda la obstinación de los músculos y la voluntad, no cura de una enfermedad cuyos síntomas son los siguientes: no saber lo que se quiere, ni adónde ir, ni cómo comportarse