Los que de verdad se esfuerzan son más duros consigo mismos de lo que podría ser cualquier persona. «Templanza» no es una palabra muy sexy, y está lejos de ser el concepto más divertido, pero puede conducir a la grandeza.
Templanza, como una espada templada. Sencillez y humildad. Fortaleza y autocontrol en todo, excepto en nuestra determinación y dureza.
Nos lo debemos a nosotros, a nuestros objetivos y al juego para seguir adelante. Para seguir presionando. Para mantenernos puros. Para ser duros.
Para conquistar nuestro cuerpo antes de que él nos conquiste.