El «verdadero» Titanic, que se hundió en abril de 1912, durante su primera travesía del Atlántico, también era capaz de alcanzar veinticuatro o veinticinco nudos transportando alrededor de tres mil personas, tenía tres hélices, medía 882,5 pies de longitud y su arqueo era de 60.000 toneladas… Finalmente, como última sorpresa, ¡Robertson llamó a su barco Titan!