Historia del arte de la Antigüedad

Este temperamento fue la causa de que los egipcios excitaran su imaginación y animasen su espíritu con medios enérgicos. La melancolía de esta nación produjo, además, los primeros eremitas, y un escritor más moderno dice haber leído en algún lugar que a fines del siglo IV existían, sólo en el Bajo Egipto, más de setenta mil monjes

presume incluso que la música estaba prohibida

En cuanto al segundo tema, el del carácter y el modo de pensar de los egipcios, éstos no parecían ser un pueblo dado a la alegría y a los placeres. L

Además hay que observar aquí que los egipcios fueron gobernados por dieciocho reyes etíopes, cuyo gobierno data de los tiempos más antiguos de Egipto. Además, la piel de los egipcios era de color castaño oscuro, el mismo que se daba a las cabezas de las momias pintadas[1].

los rasgos del muerto, pues en la preparación de los cadáveres los egipcios procuraban conservar todos los detalles que pudiesen contribuir a hacerlos reconocibles, incluidas las pestañas.

los reflexivos británicos domina la razón sobre la imaginación. Ya dijo alguien, y no sin motivo

Pues las circunstancias exteriores no influyen menos en nosotros que el aire que nos envuelve, y la costumbre tiene tanto poder sobre nosotros, que llega a modelar de una manera particular el cuerpo y los sentidos que la naturaleza ha creado en nosotros, como lo demuestra el hecho de que a un oído acostumbrado a la música francesa no lo conmueve ni la más delicada música italiana.

Vesalio observa que las cabezas de los griegos y de los turcos presentan un óvalo más bello que las de los alemanes y los neerlandeses. También hay que considerar aquí que la viruela es menos peligrosa en los países cálidos que en los fríos, donde las epidemias causan tantos estragos como la peste. Por eso, en Italia apenas se encontrarán diez personas entre mil que lleven marcas casi imperceptibles de la viruela.

nariz aguileña, de ahí que allí llamen judía a esta clase de nariz

la particular hermosura del sexo femenino en Malta, pues en esta isla no hay invierno