En este gran teatro del mundo tenemos que inventarnos el personaje que somos cada día para poder seguir viviendo, nos dice el autor. Y lo más honesto que podemos hacer en ese viaje es tirar para adelante con nuestras maletas, aunque no sepamos muy bien adónde vamos, sin mentirnos, aceptándonos como somos, ni un centímetro más altos, ni más heroicos, ni más nobles, ni más magníficos.