Iñigo Lamarca es homosexual, y este libro no sólo se limita a dar testimonio de ello, sino que constituye una reivindicación del derecho a vivir con total normalidad su condición.
El libro comienza con sus recuerdos de infancia: es decir, es una crónica desgarrada que nos muestra el conflictivo despertar sexual de un niño, al que, mediante la coerción, le son impuestas las normas propias del modelo heterosexual.
En la adolescencia, mientras el niño se va transformando en adulto, ese conflicto se convierte en un infierno. Para trasladar al papel de la forma mas fidedigna posible el drama interior que vivió, el autor se ha servido de retazos de du diario personal.
Lamarca es homosexual, sí. Pero no es sólo homosexual. Es, antes que nada una persona, una persona comprometida con su sociedad, tanto en el terreno de la cultura como en el de la acción civil. Muestra de ese compromiso es la alta responsabilidad institucional que actualmente desempeña como Ararteko (Defensor del Pueblo Vasco).
Es difícil encontrar un testimonio tan directo, honesto y sincero.. Lamarca da un paso adelante en su trayectoria personal y vital, un paso adelante en la perspectiva de la normalización de la homosexualidad. Pero también un avance en la normalización de nuestra sociedad. Un paso adelante en el fortalecimiento de la dignidad humana.