En esta colección de cuentos los personajes están relacionados de alguna manera. La coyuntura es Puerto La Cruz, hay quienes huyen de ahí mientras otros lo encuentran como su refugio.
Además, hay otros dos hilos conductores que atraviesan los cuentos: la tradición popular (con sus espíritus y aparecidos) y la violencia (una violencia bien arraigada, que está en la guerra, la persecución política y la supresión de los niños y las mujeres).
De veras que se siente todo muy genuino, pero a la vez documentado, sobre todo en las partes donde se presenta la tradición popular de otros países (japonesa y la rumana) y la ambientación en otras épocas.
Entre charlas fantasmales, ausencias memorables, recuerdos olvidados y tintes maliciosos... Estas mujeres se volverán entrañables junto con los vetustos hombres...
Fue un libro con el que llegué por accidente en la búsqueda de una lectura ligera, una antología de cuentos que lowkey están del alguna manera conectadas.
El intercambio de cultura entre diferentes entornos en donde se resalta las diferencias en temas como el matrimonio, la familia, el sexo, las relaciones entre mujeres y el machismo.
Hubo en algunos cuentos en los que me sentí algo perdido y que me tardé en agarrarles un poco la onda, pero fueron interesantes.