No hay homosexualidad sino homosexualidades, dice Pombo en esta novela, que refleja un discurso independiente, brutal a veces y políticamente incorrecto. La existencia del brillante editor jubilado Javier Salazar transcurre confortablemente en su elegante piso de Madrid. Tiene la sensación de hallarse por fin compensado en cierto modo por la vida… Hasta que una tarde se encuentra con un muchacho malagueño, Ramón Durán. El inicio de una relación entre ambos disparará antiguos resortes de su conciencia: atormentada, cargada de brillantez y encanto, pero también de desprecio, vanidad y afán de destrucción. La aparición de Juanjo Garnacho, un antiguo profesor de Ramón, convertirá la relación en un campo de minas, todo saltará por los aires.