El Queso Y Los Gusanos

ese árbol supiese hacer saber la penitencia, ya bastaría

reducir la religión a una realidad puramente mundana —a un vínculo moral y político

una ley hecha sólo por hombres para el bien de todos los hombres, por la cual abiertamente dice Dios no querer considerar las injurias que le hacemos, por innumerables que fuesen, con tal que entre nosotros nos perdonemos y nos amemos

Por lo tanto, sólo la intervención sobrenatural de la gracia divina impide asumir el núcleo del mensaje de Cristo (la «ley de perdonar») como un vínculo puramente humano, político

la esencia de la religión cristiana estaba en la «ley del perdonar

yo os enseño a no hacer mal, no coger las cosas de los otros, éste es el bien que se puede hacer

porque «el día del juicio... no nos preguntaran otra cosa que si hemos dado de comer a los hambrientos, dado de beber a los sedientos, vestido a los desnudos, visitado a los enfermos, albergado a los forasteros..., por ser los fundamentos de la caridad».

Me digo que es precepto más importante amar al prójimo que amar a Dios».

Lo que él extrae de forma aislada es tan sólo el gesto del sumo sacerdote, la «deshonra» hecha a María durante su enterramiento,

Cualquier intento de considerar estos libros como «fuentes», en el sentido mecánico del término, se derrumba ante la agresiva originalidad de la lectura que de ellos hace Menocchio.