La «responsabilidad personal» funciona ideológicamente cuando las expectativas sobre las responsabilidades se han establecido de manera que reflejen la desigualdad y las formas históricas de exclusión. Cuidar de la propia «comunidad» tiene un sentido diferente en una rica comunidad cerrada que en un barrio urbano dejado a su suerte. Ir a la universidad viniendo de un hogar de clase media o alta y vivir en una residencia universitaria supone un tipo de responsabilidad diferente a asistir a la universidad cuando, con dieciocho años, ya se está contribuyendo a los ingresos familiares, teniendo además que desplazarse cada día de casa al trabajo. Desde la óptica del profesor de la clase, el primer estudiante puede parecer más «responsable»; para un niño o un familiar anciano que dependan del cuidado de esa persona, la responsabilidad será bastante diferente. Cuando actuamos como si todos los puntos de salida y de llegada fueran los mismos para todo el mundo, omitimos una cualidad importante para la noción de justicia.