Las cinco personas que encontrarás en el cielo

Continuó con su aburrida rutina como si todavía estuvieran por venir todos los días del mundo.

Ella era como una herida debajo de un antiguo vendaje, y él se había ido acostumbrando al vendaje.

evitar. La juventud, como cristal nuevo, recoge las huellas de los que la manejan. Unos padres manchan, otros rompen, otros destrozan por completo la infancia de sus hijos; la hacen pedazos y ya no se puede reparar.

Todos los padres hacen daño a sus hijos. No se puede

A veces cuando uno sacrifica algo precioso, en realidad no lo está perdiendo. Simplemente se lo está dando a otro.

Que no hay actos fortuitos. Que todos estamos relacionados. Que uno no puede separar una vida de otra más de lo que puede separar una brisa del viento.

Pero hizo lo que hacemos todos. Continuó con su aburrida rutina como si todavía estuvieran por venir todos los días del mundo.

Piensa en caramelo quemado. Piensa que ahora le han quitado los dientes, pero que de todos modos se lo comería, si pudiera compartirlo con ella.

–Los desconocidos –dijo el Hombre Azul– sólo son familiares a los que todavía no se ha llegado a conocer.

»La vida tiene un fin –dijo ella–, el amor no.