A Malka le pareció que aunque esos hombres y esas mujeres eran diferentes, lloraban y reían como todos. Nacían y morían como todos. Le pareció que aunque el mundo era muy grande, las cosas importantes eran las mismas en todos lados. ¿O no? Quería preguntarles, pero ahora, después del viento, de los ahogados y de la gente de la isla, estaba hecha un lío. Tremendo lío.