Algo en el rostro de Ulises me recordó mi infancia, mis historias. Y me di cuenta que me había convertido en mi maestro de Español, en mis amigos que no entendían cuando les decía que yo quería ser escritor. Eso terminó por acelerarme el pulso. El placer de cumplir las metas que uno quiere. Me acordé de las historias que había escrito en la preparatoria. ¿Qué hubiera ocurrido si ante las risas hubiera recibido complicidad, si ante la burla, cierto guiño de aprecio, si ante el desamor, un poco de amor?