Qué es exactamente pensar demasiado? Pensar demasiado es cuando analizas, evalúas, rumias y te preocupas excesivamente por ciertas cosas hasta un punto en el que comienzan a afectar tu salud mental porque simplemente no puedes parar.
Hay dos fuentes principales de ansiedad que conducen a pensar demasiado. La primera somos nosotros mismos. Desafortunadamente, algunos de nosotros estamos genéticamente predispuestos a estar más ansiosos que otros. Sin embargo, es posible que la genética no sea el único factor. Podríamos convertirnos en pensadores habituales porque nos hace sentir que de alguna manera estamos abordando el problema en el que estamos pensando demasiado. Debido a que el pensamiento excesivo nunca termina, esto no sucede, pero todavía sentimos que estamos progresando. Esto se convierte en un círculo vicioso del que puede ser difícil escapar.
Otra causa de ansiedad es nuestro entorno. Aquí hay dos aspectos a tener en cuenta. Primero, debemos considerar nuestros entornos inmediatos donde pasamos la mayor parte del tiempo, como nuestro hogar y nuestra oficina. La forma en que se han diseñado estos espacios puede tener un gran impacto en nuestros niveles de ansiedad. Si están abarrotados, con poca luz y son ruidosos, nos pondremos más ansiosos. El segundo aspecto es la experiencia más amplia que tenemos en nuestro entorno sociocultural a través de nuestras interacciones con el mundo. Algo como experimentar racismo o sexismo puede estresarnos y provocar una mayor ansiedad.
Hay muchas consecuencias negativas por pensar demasiado. Estas incluyen daños físicos, mentales e incluso sociales que pueden convertirse en problemas a largo plazo. Algunos ejemplos son aceleración del ritmo cardíaco, mareos, sensación de fatiga, irritabilidad, nerviosismo, dolores de cabeza, tensión muscular, etc.