La espada del destino

Lo que representa el Caos es una amenaza, es el lado de la agresión. El Orden, en cambio, es el lado amenazado, que necesita de defensa. Que necesita de defensores.

No existe el destino, pensó él. No existe. Lo único que nos está destinado a todos es la muerte.

sabía que pocas personas creerían la historia que contaba el romance, pero no se preocupó por ello. Sabía que los romances no se escriben para que se crea en ellos, sino para emocionar.

Sí. Porque yo también te quiero, idiota. Y qué amor sería éste si el enamorado no fuera capaz de un pequeño sacrificio.

—Si esto fuera magia —siguió—, todo sería sencillo, fácil. Me doblegaría ante tu poder y sería feliz. Y así... Tengo... No sé qué me pasa...

Un romance no se escribe para que se crea en él. Se escribe para conmover con él.

¡El amor no significa solamente recibir, hay que saber también renunciar, sacrificarse! ¡

La verdad —dijo la milana— es una esquirla de hielo.

Lo sé, Villentretenmerth. Pero yo también quisiera creer que no hay límites de lo posible. O al menos, que están lo

la naturaleza todo ser tiene su continuación y que perdura de una u otra forma. El fin de uno es el principio de otro, no hay límites de lo posible, al menos la naturaleza no los conoce.