Los heraldos negros

no vuelvas; ya murió mi corazón.

Silencio. Aquí ya todo está vestido

de dolor riguroso;

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

Bordas de hielo

Vengo a verte pasar todos los días,

vaporcito encantado siempre lejos...

Tus ojos son dos rubios capitanes;

tu labio es un brevísimo pañuelo

rojo que ondea en un adiós de sangre!

Vengo a verte pasar; hasta que un día,

embriagada de tiempo y de crueldad,

vaporcito encantado siempre lejos,

la estrella de la tarde partirá!

Las jarcias; vientos que traicionan;

vientos de mujer que pasó!

Tus fríos capitanes darán orden;

y quien habrá partido seré yo...

Tus brazos dan la sed de lo infinito

pasamos juntos las lilas

mostazas de un cementerio.

una araña incolora, cuyo cuerpo,

una cabeza y un abdomen, sangra.

Mi corazón es tiesto regado de amargura;

una jauria de remordimientos!

precio de éter se pierde la vida.

entierro de mis ilusiones