aunque no estamos en el terreno de la zoología, y la terminología exacta es menos exigente que en las ciencias naturales, Israel todavía tiene que ser descrito como una «etnocracia»[86]. Todavía mejor se le puede llamar una etnocracia judía con rasgos liberales, es decir, un Estado cuyo propósito principal no es servir a un demos igualitario-civil, sino a un ethnos religioso-biológico que históricamente es totalmente ficticio pero dinámico, excluyente y discriminatorio en su manifestación política. Semejante Estado, a pesar de todo su liberalismo y pluralismo, está comprometido con el aislamiento de su ethnos elegido por medios ideológicos, pedagógicos y legislativos, un aislamiento no sólo respecto a aquellos de sus ciudadanos que no están clasificados como judíos, no sólo de los hijos israelíes de los trabajadores extranjeros, sino del resto de la humanidad.
[mega-sic]