Padre

«Tentador como el pecado. Si quieres un libro que te caliente por la noche y encienda tu mente sucia, entonces prueba el fruto prohibido».

Debería ser fácil dejar de lado sus pensamientos impuros cuando su fe lo es todo.

Y todo el tiempo podía oler el bálsamo en su piel y en la mía, y entendí que, aunque pasara con esta mujer cada segundo de mi vida, nada podría aplacar el deseo que se agolpaba en mi vientre.

O, lo que era aún más peligroso, en mi corazón.

Un día tal vez descubras que vuelves a tener una vida. Una vida que te hace feliz.

Lo único que puedes hacer es intentar encontrar un nuevo equilibrio, un nuevo punto de partida. Encontrar el amor que queda y aferrarte a eso. Y un día las cosas serán menos grises, menos sosas.

No puedo contenerme, lo siento

vez siempre había sido el plan de Dios que acabáramos aquí

Esta noche —le dije—. Luego se acabó. —

que su coño sabía a cielo.

—Mi corderita —susurré—. Estás tan mojada.